La maldición de “La Perla Negra”: Laurie Cunningham

«Un Barco no es solo una cubierta, una quilla y un montón de velas: lo que es una nave. Lo que La Perla Negra representa, es la Libertad«. (Jack Sparrow, Piratas del Caribe)

Futbolista inglés de ascendencia jamaicana nacido en el norte de Londres, que ocupaba la posición de delantero. Se caracterizaba por su extraordinaria velocidad y una habilidad para el desborde que le permitía jugar por ambas bandas. Cunningham fue el primer jugador de raza negra en participar con la selección absoluta de Inglaterra en una competición oficial, cuando todavía en los años 70 la multirracialidad era una promesa (hoy una tercera parte de los profesionales pertenecen a etnias minoritarias); además de ser el primero de esa nacionalidad en vestir la camiseta del Real Madrid C.F.

Debuta con 18 años en el Leyton Orient F.C. (Football League One) de su ciudad natal, después de ser rechazado por el Arsenal F.C., jugando ahí entre los años 1974 y 1977, a las órdenes primero de Johnny Giles y después de Ron Atkinson. Cuando en 1978 el entrenador ficha por el West Bromwich Albion F.C., este se lo lleva a la Premier League y lo asocia con otros jugadores de color: el delantero Cyrille Regis (Guayana Francesa) y el lateral derecho Brendon Batson (Granada). El trío era apodado como «The Three Degrees», en referencia a un legendario grupo femenino de música soul y disco de Filadelfia, muy famosas en la época.

Cunningham, Batson y Regis junto al trío The Three Degrees. (1978)

Estos 2 años que pasa en West Bromwich lo sitúan como una promesa, que se terminará confirmando a nivel europeo en la eliminatoria de octavos de final de la Copa de la UEFA de 1978. Disputada frente al Valencia C.F.  de Mario Kempes, y después de un empate a uno en Mestalla (22 nov 1978) logrado con un gol de Cunningham, ganaban 2 a 0 en su estadio The Hawthorns (6 dic 1978) y se clasificaban para los cuartos de final. Llevaban 9 años sin pisar una competición europea.

El Real Madrid se fijaría en el jugador y no dejaría escapar su fichaje, cerrándolo por 195 millones de pesetas, el segundo traspaso más caro en la historia del fútbol inglés de la época. Se convertía en el jugador mejor pagado de la Liga por entonces, debutando y jugando de nuevo frente al Valencia a las órdenes de Vujadin Boskov. Pero su adaptación al País y a la competición fue más complicada de lo que su entorno y la afición esperaban. Su actuación más destacada y recordada la firmaría en el Camp Nou, venciendo a domicilio (febrero de 1980) por 0 a 2, con un Laurie espectacular y que saldría ovacionado del campo del eterno rival.

A pesar de ganar la Liga y la Copa en su primera temporada (1979-80) y ser el tercer máximo goleador del equipo, su carrera en el Real Madrid se acabaría estancando. Primero, empezó por quebrarse casi definitivamente tras un pisotón que recibe en un encuentro frente al Betis, que le produce la rotura del dedo gordo del pie. Jugó hasta diciembre de 1981 infiltrado, cuando fue operado de la lesión. Aunque después el jugador su recuperación la «prolongaría» en las discotecas de la Capital luciendo escayola, siendo pillado en una de estas ocasiones y sancionado por el Club. Al mismo tiempo, y pese a su juventud, su carrera internacional se terminaría pronto (con solo 6 convocatorias internacionales) perdiendo su lugar en la selección inglesa, entonces dirigida por Ron Greenwood.

Cunningham en un encuentro frente al Barça

Junto a un encadenamiento de lesiones y recuperaciones todavía le quedaba un trágico y último revés que a la postre resultaría decisivo, precipitando la que sería su última temporada en el Real Madrid (1982-83). En julio de 1982 eran asesinadas en un piso del norte de Londres, su cuñada Norma Richard (compañera de su hermano Kaith Cunningham) y dos de las hijas de la pareja (Samantha y Syreeta). Este duro golpe, marcaría el devenir del 11 del equipo blanco, que ya no volvería a ser el mismo. Iniciaba otra de sus extraordinarias galopadas pero esta vez hacia su precipitada salida del Club de Chamartín, con el que había disputado hasta entonces 66 encuentros y marcado 20 goles.

Jugando en el Sporting, y después de una gran actuación frente al Atlético de Luis Aragonés, el ABC publicó esta desafortunada viñeta.

Su siguiente paso es la vuelta a Inglaterra con una corta cesión hacia el Manchester United F.C., pero para esa temporada de 1983-84 ya estaba de vuelta en España en las filas del Real Sporting de Gijón compartiendo vestuario con históricos del club rojiblanco como Maceda, Rivero, Eloy o Joaquín. El «peregrinaje» en el que se había envuelto no terminaría ahí, recayendo a la temporada siguiente en el Olympique de Marsella (84-85), Leicester City F.C. (85-86), Rayo Vallecano (86-87), Royal Charleroi S.C. (87), Wimbledon F.C. (88) donde ganaría la FA Cup al Liverpool y de nuevo al Rayo Vallecano (en 2ª División, temporada: 88-89). Con los franjirrojos, y a pesar de su discreta temporada, logra el ascenso a la 1ª División y empieza a encarrilar su vida. Espera un hijo de su compañera y a sus 33 años empieza a plantearse su futuro después de retirarse de los terrenos de juego .

Vehículo de Laurie accidentado

Hasta el fatídico 15 de julio de 1989. La tarde anterior especulaba con un amigo (Mark Caswell Latty) la apertura de un nuevo restaurante (punto no confirmado por la familia) y esa noche la pasan en Madrid. Juntos, a primeras horas del día 15 abandonan una discoteca para acercarse a una pizzería en el Seat Ibiza dorado de Laurie. A las 6:45 de la madrugada, a la altura de Pozuelo de Alarcón, el coche conducido por el jugador choca contra una farola y vuelca. No llevaba el cinturón de seguridad puesto y su cuerpo sale despedido varios metros del vehículo. Su amigo, que apenas sufre lesiones, se recupera pronto en el hospital para desaparecer para siempre, mientras Cunningham firmaba en esa curva su paso a la historia del fútbol.

Dieciséis años después Mark Latty fallecía también en un accidente de moto en Honduras, a altas horas de la madrugada y en circunstancias muy parecidas a las sufridas por Laurie.

La Perla Negra (The Big Unicorn) se hundía en mayo de 2014 en aguas de las Antillas, frente a la costa de San Vicente de las Granadinas.

Historia del futbolín

Alejandro de Finisterre

«La necesidad es la madre de la invención» (Platón, s. V a.c.)

La palabras con las que se conoce por todo el mundo: babyfoot, futillo, pebolim, foosball, table soccer, matraquiño, metegol. La primera patente del futbolín esta datada en Alemania (¡cómo no!) entre los años 1880/90 con un modelo de jugadores con las piernas unidas y pequeñas dimensiones. Esto no quiere decir, que como ocurre con otros inventos, dos creadores llegaran a la misma idea y resolución sin tener que conocerse, sobre todo en unos tiempos en los que las comunicaciones y la interacción no tiene nada que ver con las que tenemos hoy.

Durante el asedio de Madrid, en noviembre de 1936, una bomba sepultaba bajo los escombros durante un tiempo y le causaba heridas graves a Alejandro Campos Ramírez (1919-2007), un estudiante de Bachillerato de Finisterre. Era trasladado primero a Valencia y después al Hotel Colonia Puig, habilitado como hospital, en la montaña de Monserrat. Allí compartiría convalecencia con otros niños y adolescentes mutilados por la Guerra Civil que no podían jugar al fútbol: “los niños mutilados veían con pena como jugaban los que estaban bien”. Fue entonces cuando cojo e inspirado por el tenis de mesa, se le ocurrió la idea del futbolín para ayudar en su rehabilitación.

Su diseño se lo encargó a un amigo refugiado, el carpintero vasco Francisco Javier Altuna, que lo desarrollaría siguiendo sus instrucciones. Era una época en la que su producción a nivel industrial no era posible, al estar las empresas de juguetes solo destinadas a la fabricación de armas. Necesitaban barras, cristal para el campo, jugadores de madera de boj y pelotas de corcho aglomerado. Altuna compró los materiales en La Puda de Monserrat y en Barcelona, y lo armaría en Olesa de Monserrat con un sistema de juego: 1-2-3-5 (Futbolín 5). Empezaron a jugar con él en las navidades de 1936, aunque su invento Alejandro no lo patentaría hasta enero de 1937 en Barcelona.

Hotel Colonia Puig

Durante los Sucesos de Mayo de 1937 se origina una guerra civil dentro del propio bando republicano, tanto en Barcelona como en diversas localidades de las provincias de Cataluña, enfrentando a grupos anarquistas y trotskistas. Uno de sus compañeros, que también estaba recuperándose de las heridas, tuvo que huir a Francia durante las hostilidades y allí comenzó a fabricar y dar a conocer esos mismos futbolines.

En 1947 se constituye en España el Club Futbolín Barcelona y se publica el libro Enseñanzas de Futbolín, un pequeño manual en el que se recogen las primeras reglas, consejos e instrucciones para el manejo del juego y para llegar a ser un buen futbolinista. En el año 1951 se celebraría en España el primer campeonato de futbolín en los Billares Colon de Valencia, entre el Club Futbolín Barcelona y el Club Futbolín Valencia.

Mientras tanto, Alejandro obligado a exiliarse en París en 1948, comprueba “in situ” la popularidad que había alcanzado ya su juego: “lo estaban fabricando por todos los sitios, carpinteros en cada esquina”. Así las cosas, le aconsejan no reclamar los derechos de su invento, porque además había perdido durante el viaje a Francia los documentos de su patente registrada en Barcelona.

En el año 1952 se ve obligado a emigrar a América y su destino es primero Quito y después el Cabo de Santa María en Guatemala: “llegue cuando gozaba de un periodo democrático”. Allí funda la fábrica de juguetes Campos Ramírez Hnos, con el futillo como producto estrella de su producción. Dos años más tarde, el coronel Carlos Castillo Armas, apoyado por los EE:UU., entra en el país desde la vecina Honduras y da un golpe de estado. Restablece las relaciones con Franco y obliga a todos los españoles a registrarse en su Embajada. Alejandro es secuestrado y obligado por agentes especiales españoles a embarcar rumbo a España. Sin embargo, durante el vuelo consigue alcanzar los baños y como buen inventor, con una pastilla de jabón y papel de aluminio, logra hacer una bomba ficticia con la que amenaza a la tripulación y desvía el rumbo del avión hacia Panamá. Más adelante recalará en México donde se dedicará a otra de sus facetas, las artes gráficas y la edición, fundando y presidiendo la Editorial Finisterre Impresora. No regresaría ya a España hasta la Transición.

Futbolín modelo «sanitarios Roca»

Dentro de esta disciplina existen dos tipos de mesas, la europea y la española. La primera es minoritaria y se juega con ella en en centro del País y en el País Vasco. Luego está la mesa española con campo curvado, donde existen además otras tres variantes: la mesa Val Bola de Fuego, que se usa en Zaragoza y en la Liga de Ejea de los Caballeros celebrada en la Cafetería Duo; el modelo catalán o futbolín de Córdoba, que se emplea en Cataluña y Baleares, y por ultimo el modelo Presas 2000 Competición, que se utiliza en Galicia y en los campeonatos a nivel nacional. La cosa se complica un poco más al introducir los sistemas de juego. El sistema F3 con jugadores con taco (en vez de piernas) se juega únicamente en mesa europea, y su última barra lleva colocados tres delanteros. Ya con jugadores “de dos piernas” está el sistema F4 con cuatro delanteros, que se juega en todas las mesas de competición y después está el sistema de cinco delanteros (F5), que se emplea para mesas tipo Val o Bola de Fuego. Otra de las diferencias importantes se encuentra en las bolas, que se pueden hacer de corcho, plástico o mármol y metal, variando entonces mucho la velocidad de los disparos.

Así de complejas las cosas, y eso que lo del árbitro o lo del césped lo tienen resuelto, los futbolinistas se dividen entre los que piden una unificación de criterios en el juego para luego poder competir mejor y con más posibilidades sobre todo a nivel internacional, y otros que reivindican toda esta variedad como una riqueza e incluso un patrimonio cultural propio.

Futbolín gigante

Enlaces recomendados: Documental «Tras el futbolín» (está por partes, pero merece mucho la pena).

http://bit.ly/1iKSGCv

http://bit.ly/1tC4hsd

http://bit.ly/1if5pOS

http://bit.ly/1rlXO0L

La Era de los Impresionistas (II): «Iceman» Bergkamp

“No hay ninguna razón para alarmarse, y esperamos que disfruten del vuelo. Por cierto, ¿Hay alguien a bordo que sepa pilotar un avión?.” (Aterriza como Puedas)

Es el tercer goleador de la Selección neerlandesa con 37 goles en 79 encuentros, solamente por detrás de van Persie 41 (79) y de Kluivert 40 (79). Era un delantero/mediapunta con una infinidad de recursos técnicos: sabía mantener muy bien la pelota en posiciones adelantadas esperando con tranquilidad el momento de dar el pase cuando más daño hacía y con un golpeo de balón exquisito, como para colocar la pelota en cualquier ángulo de la portería. La mayor parte de su carrera la desarrolló en el Arsenal, donde finalmente obtuvo su merecido reconocimiento.

Debuta con Johan Cruff en diciembre de 1986, después de pasar por las categorías inferiores del AFC Ajax. Tras anotar 122 goles en 239 partidos, con ellos ganaría una Recopa (1987), una Liga (Eredivisie) en 1990, la Copa de la UEFA en 1992 y la Copa de los Países Bajos en 1993. Fue considerado el jugador del año en la temporada 92/93. Su mejor promedio goleador fue en la temporada 89/90, cuando manda a la red 29 balones en 36 partidos, solo por detrás de un «jugador de dibujos animados» (Jorge Valdano dixit) conocido como «El Bajito» Romario, por entonces en las filas del PSV y máximo anotador en los años 1989/91 y 93. Sus actuaciones serían premiadas con el Balón de Bronce en el 92, compartiendo podio con los jugadores Marco van Basten y Hristo Stoichkov, además del Balón de Plata en el 93, ganado ese año por Roberto Baggio.

1993. Abandona el Ajax para jugar en el Inter

Luego de que Johan Cruyff le aconsejase no fichar por el Real Madrid, en el verano de este año 1993 ingresa en las filas del Inter de Milan debutando contra la Reggina. El conjunto se quedaría al borde del descenso, ya que las férreas defensas italianas de la época serían un obstáculo insalvable para el delantero holandés. La temporada siguiente 94/95 no fue mejor, a pesar de que los nerazzurri se llevasen la Copa de la UEFA, las lesiones y su apatía acabaron con la paciencia de su presidente Massimo Moratti, que lo declara transferible ese verano. El acuerdo llegaba desde Londres por 7,5 millones de libras (récord en la Premier para la época) y su fichaje por el Arsenal fue todo un acontecimiento, que el jugador agradecería permaneciendo en el equipo durante 11 temporadas.

Mayo de 1994. Copa de la UEFA ganada en la final contra el FC Salzburgo

En 1994, en el viaje con su Selección para disputar el Mundial de EE.UU., el avión que los lleva entra en una bolsa de aire y por unos segundos acaba en caída libre. Nadie salió herido, pero el susto unido a su ya desconfianza a volar, acentuó su pánico que hasta acabaría plasmando en sus contratos profesionales. Con todo, en ese Mundial Dennis hizo unos buenos partidos, cayendo Holanda en cuartos en el Estadio Cotton Bowl de Dallas ante la que sería futura campeona, Brasil (curiosamente la misma Selección que los apartaría de disputar la final en el  Mundial de Francia, 4 años después). Luego exigió una clausula que le permitía no viajar con el resto del equipo para disputar partidos fuera de Inglaterra. Se desplazaba en coche con la antelación suficiente como para ponerse a las órdenes de su técnico. Su aerofobia le valió el sobrenombre de «The Non-Flying Dutchman» (El holandés no volador) en clara alusión a Johan Cruyff.

En su primera temporada con los Gunners (95/96) estaría a las órdenes del inglés Bruce Rioch y terminaría con solo 11 goles aunque clasificando al equipo para la Copa de la UEFA. A la siguiente campaña llega un nuevo entrenador Arsene Wenger, que se acabaría convirtiendo en un fuerte y decisivo impulso para la carrera del jugador. El francés reconstruye el equipo con jugadores como Nicolas Anelka, Emmanuel Petit, Patrick Vieira y Marc Overmars, y lo utiliza como ariete de un conjunto mucho más ofensivo, terminando esa temporada 96/97 en los puestos de la UEFA (3º) por el gol average.

Los éxitos no le llegarían hasta la temporada 97/98, cuando lograron el doblete ganado la Premier League y la FA Cup con Bergkamp anotando 22 goles (0,57 por partido). Aunque en la siguiente finalizarían segundos por detrás del Manchester United, perdiendo la Premier en la última jornada. En la temporada 99/00 vuelve a quedar otra vez segundo por detrás de los Red, pero ahora a 18 puntos del ganador y perdiendo en el Parken Stadium de Copenhague la final de la Copa de la UEFA frente al Galatasaray, en los penaltis (4-1) después de empatar a 0 durante el partido y la prórroga.

En diciembre del 2000 amplia su contrato con el Arsenal, terminado otra vez ese año con el tercer subcampeonato consecutivo, si bien con la llegada de Thierry Henry su papel ya quedaría relegado poco a poco a un segundo plano. Por fin, después 3 subcampeonatos en la campaña 01/02 Dennis anota 15 goles (uno de ellos famoso, ante el Newcastle United) y el Arsenal gana la Premier y la FA Cup: venciendo al Chelsea en la final disputada en el Millennium Stadium de Cardiff por 2 goles a 0. El entrenador de los Blues en el choque era el centrocampista Roberto Di Matteo (retirado de los terrenos de juego ese año) por cortesía de Claudio Ranieri como agradecimiento a su trayectoria en el Club. El título de la FA Cup lo revalidarían los gunners al año siguiente al vencer al Southampton en la final. El delantero alcanzaba los 100 goles con el equipo.

Renovado en 2003, la temporada 03/04 sería la más exitosa del conjunto y de su historia al permanecer imbatidos (26 victorias y 12 empates) durante toda la Premier, lo que les valió el apodo de «Los Invencibles». Desde que lo lograse el Preston North End FC en 1889 al ganar su primera Liga, no se había visto cosa igual en la Isla. El trío de atacantes era letal, Dennis, Henry y Sylvain Wiltord, además con «La Perla» José Antonio Reyes (traspasado en el mercado de invierno) en sus filas y el primer español en ganarla.

Premier League 2003/04. Los Invencibles

En la 04/05 el equipo se reforzaría con jugadores como Theo Walcott, Emmanuel Adebayor y Abou Diaby, ganando la FA Cup frente al Manchester United tras vencer en la tanda de penaltis por 5 a 4, después de empatar a 0 durante el partido. Se tomaban así la revancha en su rivalidad con los diablos rojos, con los que habían perdido los dos duelos en la Premier y los cuartos de la Curling Cup. Ante el clamor popular el equipo prorrogaría su contrato un año más y el jugador declararía: «es increíble que estén todos detrás de mi».

Su última temporada con el Arsenal sería la 2005/06. El equipo londinense se clasificaría para disputar la Final de París contra el FC Barcelona el 17 de mayo de 2006, después de eliminar al Real Madrid en octavos, a la Juventus en los cuartos y al Villarreal CF en las semifinales. Era la espina clavada de su entrenador, que hasta entonces había llegado solamente hasta los cuartos de la competición. Fue también el último partido oficial del jugador, sin embargo lo vería todo desde el banquillo: la remontada culé (2-1) al gol de su compañero Campbell, la expulsión del cancerbero alemán Lehmann y la gran actuación de Valdés, deteniendo dos claros disparos a gol de Henry. 

Despedida en el Emirates Stadium en 2006

El 16 de abril de 2006 fue declarado «El día de Bergkamp», los aficionados vestían camisetas de color naranja (igual que él de la selección neerlandesa) y el número 10 con las iniciales DB. En el minuto 89 marcó el gol de la victoria contra el West Brom, el último de su etapa como gunner. El «capitán frío» llegaría hasta los 120 goles con los de Londres en sus 423 encuentros disputados para ganar 3 Premier League, 4 FA Cup y otras 4 Community Shield.

Febrero de 2014. Estatua homenaje al jugador, a las afueras del Emirates Stadium junto a las de Herbert Chapman, Henry y Tony Adams

FIEBRE MALDINI (21/03/2011): Dennis Bergkamp.

Rotterdam a la luz de la luna. Realizado por Johan Jongkind en 1881

La Era de los Impresionistas (I): “San Marco” van Basten

Abril 1982. Debut con el Ajax

«La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con muchísima intensidad, Roy». (Tyrell, Blade Runner)

Hay jugadores, que al margen de los grandes equipos donde jugaron, brillaron con luz propia en contraste con otras figuras de la época. Considerado como uno de los mejores delanteros de la historia y el 2° mejor futbolista holandés – por detrás de Johan Cruyff –, van Basten marcó una era por la forma de entender su posición. Su lugar en el terreno de juego más habitual era la de delantero, como único punta o acompañado, aunque llegó a jugar de mediapunta. Fiable, veloz, ágil, con un fuerte remate en ambas piernas o de cabeza y su impresionante golpeo de volea, lo convirtieron en un extraordinario goleador – 299 goles en 426 partidos entre clubes y selección –. Aunque se retiró en 1995, había dejado de jugar en 1993 sin llegar a cumplir los 30, pasando por unos años de puro suplicio tras una grave lesión de tobillo. Como le ocurrió a otros genios, su brillante luz se consumiría antes de tiempo: “El dolor dominaba mi vida; pasaba de mi tobillo a todo mi cuerpo. Mientras existe la esperanza de poder recuperarse, uno acepta todo tipo de torturas, pero después de tantos tratamientos y experimentos médicos me dí cuenta de que me hallaba en un callejón sin salida”. (FIFA Magacine).

Febrero 1988. Johan Cruyff y Marco van Basten

Jugó en los equipos de su ciudad natal, el UVV Utrecht hasta la temporada 1979/80 y la siguiente se cambió al USV Elinkwijk. En su primer equipo como profesional, firmó para el Ajax Amsterdam holandés en la temporada 81-82, debutando en abril de este último año contra el NEC (Nijmegen Eendracht Combinatie) al que marcó un gol. En la siguiente temporada anotaría 9 goles en 20 encuentros, compitiendo por un puesto con el delantero Wim Kieft, de la extraordinaria generación de jugadores holandeses de los 80 – junto a Frank Rijkaard, Ruud Gullit, Gerald Vanenburg y John Van ‘t Schip –. Este último acabaría siendo su segundo, cuando Marco entrenó a la Oranje. Finalmente el delantero de Utrecht consolidaría su puesto con los de Ámsterdam y con ellos ganaría: 3 ligas (en las temporadas de 1981/82, 82/83, y 84/85), 3 copas (83, 86 y 87) y la Recopa europea en 1987. Se convertiría además en el máximo goleador de la liga durante cuatro temporadas con Johan Cruyff como técnico: desde la de 1983-84 a la de 1986-87, anotando 117 goles en 112 partidos con un récord en la de 1985-86, cuando anotó 37 goles en 26 partidos y logró la Bota de Oro y la Copa neerlandesa. Unos años atrás, El Flaco ya había anunciado: “Observad a este muchacho, es el nuevo Johan Cruyff”.

Octubre 1983

En ese año de 1987 llegó la única transferencia que tuvo en toda su carrera por 2,5 millones de dólares. Silvio Berlusconi había adquirido el AC Milan un año antes e iniciaba un recambio porque quería cortar con un largo periodo para el equipo sin Scudettos, incluido su paso por la Serie B. Tras ver un vídeo del jugador, necesitó muy poco tiempo para descartar el fichaje del delantero galés del Liverpool Ian Rush – que acabaría fichando por la Juventus –, para firmar al joven talento holandés. Le acompañaría Ruud Gullit y un año después Frank Rijkaard, completando el trío neerlandés de una plantilla con otros jugadores – algunos ya míticos – como Franco Baresi (cuyo nº 6 fue retirado), el incombustible Paolo Maldini, el duro Mauro Tassotti, Alessandro Costacurta, Roberto Donadoni y el también recién fichado para el centro del campo procedente de la Roma, Carlo Ancelotti. Por entonces los entrenaría “un tal” Arrigo Sacchi procedente del Parma, que estuvo cerca de la destitución en su primer año (1987) con su reciclada filosofía del fútbol total y jugadores polivalentes, aunque no acababa de ser asimilada por sus jugadores: la presión del conjunto ocupando los espacios del campo en bloque y la maestría en el manejo del fuera de juego, necesitaba de un engranaje perfecto entre todas las piezas.

AC Milan de Arrigo Sacchi

En semejante compañía y con ese impresionante despliegue táctico colectivo, Marco encontraría poco a poco su hábitat natural. Jugaría sus primeros encuentros con el equipo rossonero en la liguilla de primera ronda en la Copa italiana, participando en solo 11 encuentros de la Serie A, con un conjunto que conquistaría después de 8 años el Scudetto. En la temporada siguiente, la 88/89, Van Basten anotaría 19 goles en esa Serie A y dos en la final de la antigua Copa de Europa, disputada en el Camp Nou contra el Steaua Bucarest, al que ganarían por un contundente 4 a 0. En semifinales eliminarían al Real Madrid de Leo Beenhakker y la mítica «Quinta del Buitre», a los que tras empatar a 1 en el Santiago Bernabéu, les endosaron un 5 a 0 en San Siro. Sus brillantes actuaciones serían premiadas con su primer Balón de Oro.

La temporada 89/90 se le daría todavía mejor, convirtiéndose en el capocannoniere como líder goleador de la Serie A con 19 tantos por delante del Pelusa. Aunque esos goles no le sirviesen para ganar el Scudetto, que se lo llevaría por segunda vez el Nápoles de Maradona – en una disputa con ellos hasta la última jornada – ni tampoco la Copa italiana, que perderían en la final frente a la Juventus, si revalidaron la Copa de Europa con un solitario gol de Frank Rijkaard durante la prórroga en el Estadio Ernst Happel de Viena, jugando esta final contra el SL Benfica. Durante la siguiente temporada 90/91, sería la Sampdoria la que obtendría su primer y único Scudetto con Gianluca Vialli de ariete y que convirtió otros 19 tantos, conquistando el cetro de máximo goleador. Los problemas en el Milan se manifestaron en una pelea entre el delantero y el técnico, que sería destituido haciéndose con el cargo Fabio Capello. El General ya pertenecía al cuerpo técnico y cogería por primera vez las riendas de un equipo para ganar invicto logra otro Scudetto. En esa campaña del 91/92 Marco anotaría 25 goles en la Liga, cifra que hoy puede parecer hasta ridícula viendo los números anotadores de algunos (2) jugadores, pero en aquellos tiempos y con aquellas defensas eran todo un logro.

Noviembre 1990

Así recuperaría el premio de capocannoniere, y ese Milan de Capello ampliaría hasta la siguiente campaña su récord de 58 partidos sin conocer la derrota, con un van Basten pletórico en la primera parte de la temporada. Además de la Liga, en agosto del 92 ganarían la Supercopa italiana contra el Parma con un gol suyo, y en noviembre se convertiría en el primer jugador en marcar 4 goles en un encuentro de la Copa de Europa contra el IFK Gotemburgo en San Siro. Sería elegido de nuevo para el primer puesto en el trofeo Balón de Oro, igualando con 3 premios a Johan Cruyff y Michel Platini. Casi nada… Pero su lesión de tobillo se volvería a reproducir en un partido contra el AC Ancona. Ésta lo llevaría a pasar por el quirófano al día siguiente de recoger su Balon de Oro en Saint Moritz, regresando 5 meses después a los terrenos de juego para los últimos encuentros de la temporada 92/93, y solo para disputar la final del la Champions frente al Olympique de Marsella en el Estadio Olímpico de Múnich. Al final perderían el encuentro por 1 a 0, con un Van Basten que jugaba infiltrado por los dolores que sufría.

Noviembre 1987. Cenando después de su primera cirugía de tobillo

Apenas estuvo 20 minutos sobre el césped, para retirarse lesionado y no volver jamás. En diciembre de ese mismo año y por consejo de su amigo Johan Cruyff acudió a la clínica del traumatólogo Antonio Viladot. El delantero quería apurar todas, y en definitiva sus últimas posibilidades de estar a punto para el Mundial de EE.UU. al año siguiente. Además la selección holandesa, con Dick Advocaat de entrenador, le ofreció una plaza en el equipo, aunque al final el Milan le prohibiría participar. Con el Milan conseguiría 11 títulos: 3 ligas (87/88, 91/92, y 92/93), 2 Supercopas italianas (1988 y 1992), 2 Copas de Campeones de Europa (88/89 y 89/90), 2 Copas Intercontinentales (1989 y 1990), y 2 Supercopas Europeas (1989 y 1990). Después de 4 operaciones quirúrgicas y 2 años sin jugar un solo partido, en 1995 daría una rueda de prensa para despedirse, en la que dijo que no volvería a jugar porque con el dolor le era insoportable e imposible entrenar. El doctor suizo que lo trató, Rene Marti, comentó: «Marco siempre ha jugado al fútbol como una bailarina, como un Nureyev con un cuerpo colosal pero con un tobillo que no puede con la presión». Su «tobillo» de Aquiles.

Dolor. Dibujo (lápiz y tinta sobre papel) realizado por van Gogh en 1882